El fin de una era

La noticia que volvió a paralizar al mundo se dio justamente ayer. La mujer más famosa del planeta, la cabeza de una nación por siete décadas y el pilar de una familia que siempre ha estado en la mira mundial, falleció la tarde de ayer (hora europea) en el castillo Balmoral de Escocia. Se trata de la reina Isabel II del Reino Unido y con su muerte, no hay duda que llega el fin de una era.

Una noticia que, aunque bien se sabía su delicado estado de salud, no deja de sorprender pues no se esperaba el desenlace y todos los medios del mundo y las redes, no hablan de otro tema, sino de su muerte, el protocolo a seguir en su funeral, el sentir y reacción del mundo y lo que pasará ahora con el ascenso de su hijo, (que no goza de mucho afecto, más bien de antipatía) el ahora Carlos III como nuevo soberano.

Y es que hablar de Isabel de Inglaterra es hablar de un sinónimo de fortaleza, de una roca, de alguien que por todo lo que pasó a sus 96 años, la gente llegó a creerla inmortal y aunque debido a su carácter también la creyeron insensible, no hay duda de que el pueblo británico la siente y llora por lo que como monarca significó para ellos.

Y es que no se trata de una mujer más, no, se trata de una a la que el destino puso en el trono de Inglaterra, ella no se imaginó que llegaría a reinar, aunque perteneciera a una Familia Real. La historia comienza a principios del siglo XX, cuando su abuelo Jorge V muere en Enero de 1936 e inmediatamente, su hijo mayor Eduardo y tío de Isabel, se convierte en rey. Su padre Alberto era el hermano del nuevo rey, de uno que abdicó por amor en Diciembre de ese mismo año y es así como ella pasa entonces a convertirse en la hija del nuevo rey que pasó a llamarse Jorge VI desde 1936 y por lo tanto, en la heredera al trono hasta la muerte de su padre en 1952. Es así como Isabel se prepara aún más para su nuevo papel, sentándose en el trono inglés desde 1953 con el nombre de Isabel II.

Como dije en mis redes, la mente de esta mujer debió ser fascinante, pues desde su niñez fue testigo de muchas cosas, así como la protagonista de su propia historia en tiempos buenos y malos, felices como tristes, conociendo infinidad de personas, viajando por todo el mundo y viendo como poco a poco todo lo que conocía se iba al pasar del tiempo. Dejó de ser princesa para convertirse en reina y con el deber, su vida personal también se vio alterada, situaciones que la volvieron una mujer fuerte que la obligaron a anteponer su deber para con su pueblo, aún a costa de su familia. 

Como es bien sabido, la reina Isabel debió lidiar con los escándalos protagonizados por sus hijos y luego sus nietos, ya que, por tratarse de una monarquía conservadora y tradicionalista, el lente del mundo está sobre ellos y cada "desliz" alimentaba los medios.

Como familia, los Windsor fueron criticados duramente tras la trágica muerte de Lady Diana, ya que "la princesa del pueblo y de los corazones" llegó, tras su matrimonio con Carlos, a darle un respiro fresco a la rígida familia, una que por desgracia no la comprendió, acabando así lo que la gente creyó un "cuento de hadas" que empezó con una magnífica boda de ensueño, pero que años después terminó en divorcio y creo que nunca nadie se imaginó, que veinticinco años después de que el mundo entero llorara la partida sin retorno de Diana y con sólo días de diferencia, la reina también dejaría este mundo.

Como mujer y matriarca, (y por la presión de los medios) Isabel con entereza dio la cara en los funerales de su exnuera y años después, personalmente recibía otro golpe familiar; fallecía su hermana y semanas después, su madre.

Años después debió aceptar el que su primogénito se volviera a casar con la mujer que él realmente quería y por la que Diana tanto sufrió, (llenando nuevamente de críticas a la familia) bajando todavía más la popularidad de ellos ante un pueblo que tampoco perdonó. Después fue testigo de la boda de su nieto Guillermo y hace unos años, también de su nieto Enrique (ambos hijos de Carlos y Diana) así mismo vio otras bodas de sus otros nietos e igualmente, conoció a sus bisnietos. Sin duda, la larga vida y mantener una mente lúcida es un privilegio de pocos.

Recientemente hace año y medio, la reina perdió a su compañero de más de setenta años y posiblemente, eso fue un detonante para que su salud se debilitara y ahora, Inglaterra pierde a su emblemática soberana, muriendo con ella la época que marcó. ¿Qué será ahora de la monarquía inglesa? ¿Qué se espera del ahora rey Carlos III? ¿Será su hijo Guillermo quien marque una nueva era en la historia de la nación?

Como autora de novelas de ficción histórica, (y amante de las monarquías) yo he mencionado en más de una ocasión, por la trama de mis historias, a los monarcas ingleses a lo largo de los siglos y en mi saga de "Ocaso y Amanecer" en su entrega de "Nieblas del Pasado" debí crear un árbol genealógico mencionando varias casas reales de Europa, poniendo énfasis en algunos sucesos del siglo XX y obviamente, la monarquía inglesa y española, son los más mencionados. De hecho, en el libro que estoy por publicar, menciono en repetidas ocasiones a la reina Isabel porque mi personaje femenino, el principal que requiero para la trama, tiene enlace familiar por Wessex y quienes ya me han leído, saben de lo que hablo y por ese motivo, por meterme tanto y crear esas escenas, siento haber conocido de verdad a la soberana y de ahí el que a mi manera sienta también su fallecimiento, algo que resulta increíble y no es fácil de asimilar.

Por ahora, no queda más que seguir atentos a la televisión y artículos en la red que siguen de cerca el suceso y el cómo se llevará a cabo el funeral y sepelio de una personalidad que sin duda, deja un enorme vacío entre su pueblo, familia y amigos, marcando un antes y un después en la historia de Inglaterra. No por nada su vida ha sido escrita como biografías y llevada al cine y televisión. Isabel fue una, como ella no habrá otra y con ella muere el encanto y fascinación de esa historia inglesa del siglo XX porque es su vida, experiencia y legado heredado, lo que mantenía el interés sobre la familia. Las nuevas generaciones (hijos y nietos) ya serán otro cuento y eso hace que todos nos cuestionemos, ¿qué será de Inglaterra ahora? Con ellos se escribirá otra historia.

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